Redacción
Pátzcuaro, Michoacán, 02 de septiembre de 2025.-En cada feria, mercado o plaza de pueblo en Michoacán es común encontrar un aroma inconfundible: el del atole de grano, una de las bebidas más queridas por las y los michoacanos.
A diferencia de otros atoles más dulces y espesos, este se distingue por su sabor salado y su preparación a base de maíz tierno desgranado, al que se le agregan hierbas de la región como el epazote. Se acompaña con chile, limón y sal, convirtiéndose en un alimento completo, energético y reconfortante.
Su consumo es especialmente popular en municipios como Pátzcuaro, Uruapan, Morelia, Quiroga y Tacámbaro, donde forma parte de la vida cotidiana y también de celebraciones tradicionales. Por las mañanas, es común ver a familias y trabajadores iniciar el día con un jarro humeante de este atole, que se ofrece en puestos callejeros y fondas.
Además de su valor gastronómico, el atole de grano representa un símbolo cultural: rescata la importancia del maíz en la dieta mexicana y mantiene viva una tradición transmitida de generación en generación.
En tiempos donde la comida rápida ha ganado terreno, esta bebida recuerda la riqueza de la cocina michoacana y su capacidad para unir a la comunidad en torno a una mesa sencilla, pero llena de sabor e identidad.